Nuevas formas de distribución musical


El surgimiento de la radio y su posterior popularización en la decada de los 40 y 50, llevo a la expansión de la industria de la música, emergiendo así, innumerables interpretes y cantautores que invadían el espacio radial y que cautivaban a miles de radioespectadores.
Eran tiempos de Frank Sinatra y Sammy Davis Jr. Y de grandes sellos discográficos como Columbia y Capitol Records, los cuales contaban con un enorme presupuesto, incluyendo tecnología de punta para las grabaciones de sus mas grandes estrellas y sus futuros lanzamientos.
En las calles, sus producciones se vendían como pan caliente, pero en formato de vinilo, también conocidos como LP, y todo esto hacían de un circulo prácticamente perfecto.
Los años pasaron y por supuesto que las modas y tendencias también, así como el curso del negocio que representaba la industria de la música y de las radiodifusoras, algunas de ellas se esfumaron, otras lograron sobrevivir, pero dejando atrás ese elegante formato de presentaciones en vivo en los estudios de la radiodifusora, para dar paso así al llamado “Sistema California” (mismo que consistía en la programación de música, con algunas intervenciones comerciales y del respectivo locutor).
Posteriormente el inminente desarrollo tecnológico fue quien indirectamente deterioro la situación y concepción de la industria musical, vinieron los nuevos formatos, como el cassette y a la postre el disco compacto.
Quiza Sinatra ni Davis Jr. Se imaginaron semejante situación durante sus días de gloria, quizá tampoco se imaginaron que sus ingresos se verían afectados por terceros, es decir, la piratería, y mucho menos que en pleno siglo 21, seria mayormente redituable que ellos recaudarían mayores ingresos mediante sus presentaciones en vivo (antes completamente gratuitas) que vendiendo discos.
El fenómeno de la piratería se vio fortalecido con el surgimiento de internet, al facilitar el intercambio mediante un puerto a otro (p2p), además del mayor enemigo y a la vez aliado del músico contemporáneo, el MPEG-1 Audio Layer 3, también conocido como “MP3”.
El dilema era bastante complicado para la gran mayoría de los músicos, ¿con que derecho la gente descarga gratuitamente mi material discográfico sin mi previa autorización?, como fue el caso de Lars Ulrich, baterista de la banda Metallica, quien en el año 2000 entablo una demanda por derechos de autor en contra del sitio de intercambio p2p “Napster”.
La demanda fue efectiva y el sitio se vio obligado a cerrar, pero esto solo representó la consolidación de una nueva era dentro de la industria musical, la del siglo XXI, la distribución vía internet.
Probablemente para Lars Ulrich y cientos de músicos podría ser algo descabellado, ilógico e inusual, pero para otro tanto representaba una gran oportunidad, en la cual fronteras, presupuestos e idiomas quedaban suprimidos, pues sabiendo hacer bien las cosas y un poco de suerte, una banda que aun toca en su garage puede aspirar a tener tanto éxito como una banda con varios discos en su haber, por supuesto que guardando sus debidas proporciones.
Todo esto suena muy fácil, como si se tratara de un juego de niños, pero ¿Como es esto posible?. Es sencillo responderlo, una banda ya puede autogestionar la grabación de sus propias canciones y de su debida manufacturación, hasta del empaque de estos mismos, además que mediante un efectivo uso de las redes sociales y diversos sitios especializados en internet, es posible lograr una mayor cobertura
Por otra parte, las agrupaciones con mayor trayectoria deben saber como adaptarse a los nuevos tiempos y saber como sobrevivir sin morir en el intento.
Un claro ejemplo de esto, fue el lanzamiento de “In Rainbows” el mas reciente material discográfico de la agrupación británica Radiohead, misma que en Octubre de 2007 fue liberado de manera gratuita, mediante el sitio oficial de dicha banda, pero de la singular manera en que los seguidores de la banda podrían pagar lo que consideraran por dicha obra, reflejando así la ideología adversa de parte de la agrupación contra la industria discográfica.
El disco represento un éxito rotundo tanto en descargas, como en su posterior venta en el formato físico, y creo una nueva tendencia entre diversas agrupaciones, como Coldplay, Keane y Franz Ferdinand.La moneda esta tirada al aire, y mientras algunas compañías discográficas se las gastan averiguando como lograr vender su material, las bandas centran su interés en otros campos, además del inminente ascenso de las disqueras independientes, que con presupuestos limitados, han logrado a colocar a nuevos talentos en el mapa musical.

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